Indicadores en la Gestion de Valor: No se puede esperar que el resultado del EVA muestre, a los gerentes, de forma automática, el aumento o la disminución de la cotización de la organización. Tampoco, se puede pretender que el Valor de Mercado de la organización refleje la cotización de la misma teniendo en cuenta su pasado puesto que esté sólo se determina por las expectativas futuras que se tienen sobre ella… Para considerar los dos aspectos se construyó el MVA.
El indicador EVA nos muestra la “materialización” del valor que ha sido creado en un periodo de tiempo determinado. Sin embargo, no mide la riqueza que se genera en un momento determinado, esta medida la recoge el MVA o Valor Agregado de Mercado.
Ambos indicadores están estrechamente vinculados. Si el EVA refleja incrementos consistentes, también se verán incrementos en el MVA. Y si el EVA muestra disminuciones, obviamente, también serán reflejadas por un menor MVA.
Este indicador NO puede utilizarse en organizaciones de capitales privados puesto que se necesita que cotice en Bolsa de Valores. Si esta no lo hace no se podría obtener el Valor de Mercado de la misma. Y, tampoco, puede realizarse en las diferentes áreas de la organización sino que es un indicador general de la misma.
El MVA es la diferencia en valores absolutos entre el capital económico o potencial y el capital invertido. Es decir, éste indicador es el valor actual de todos los EVA futuros. Se calcula en función a la siguiente fórmula:
MVA = EVA / (WACC – g)
donde “g” es el típico factor de crecimiento.
Un resultado positivo de dicho indicador muestra que la gestión de la empresa ha sido capaz de crear valor para todos los inversionistas de la organización. Mientras que un resultado negativo indicaría una ineficiente gestión organizacional.
Teóricamente, a mayores cantidades de dinero invertidas en la organización, mayor sería el MVA. Sin embargo, en la realidad, esto puede no suceder dado que dicho indicador esta relacionado con la percepción de los mercados respecto de ella.
Considerando varios años de la gestión organizacional, los resultados de largo plazo se consolidan con éste indicador.
Completando el análisis al modelo original del EVA que sostiene que el valor de la organización es equivalente a la suma del capital y del valor presente de los EVA futuros (MVA), la empresa puede valer más por poseer valores negociables que pueden convertirse rápidamente en efectivo, o bien, puede reducir su valor por incurrir en ciertas contingencias.
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Prof. Mario Héctor Vogel