Perspectiva Aprendizaje y Crecimiento en el BSC: La inevitable globalización y rápida evolución comercial dicta un cambio radical de ópticas y métodos. Lleva a un proceso lógico y acelerado de liberación de los mercados, erradicación de las organizaciones paternalistas, transparencia organizacional y a un cambio radical de mentalidad.
Es en este contexto donde se debe desarrollar la capacidad de poder transferir y delegar éticamente los poderes, logrando un mejor desempeño, el cual se verifica en el BSC, y contribuyendo al éxito organizacional.
La transferencia de mando y la delegación de poder se complementan siendo dos elementos vitales para que una organización pueda crecer y desarrollarse robustamente.
Una organización no puede prosperar y crecer sin una cultura sólida fundamentada en la transferencia de poderes y delegación de funciones. El logro de este objetivo es uno de los más complejos retos para cualquier emprendimiento, quizás él más difícil.
El transferir poderes y/o delegar tiene un costo perceptible y psicológico. El tangible se refiere no solo a la búsqueda e inversión en los RRHH capacitados, también hay que tomar en consideración los errores que estos van a cometer en el proceso de acoplamiento y aprendizaje. El aspecto psicológico es, generalmente, el más gravoso y duro de superar.
Los individuos que ocupan los puestos más altos en la escala jerárquica o que son socios/propietarios de organizaciones, suelen apremiar el sentirse con pleno control total. Entonces, se olvidan de que en la realidad no existe el pleno control y que, a su vez, el aprender a delegar es un factor clave de éxito organizacional y personal.
Se debe entender y suscribirse a la idea que al delegar o transferir poder la otra parte va a cometer errores. Entonces, lógicamente habrá que esperar un margen de error por parte de la persona que se designa a la actividad y aceptar que, de hecho va a desacertar en ocasiones. Por lo tanto, el individuo debe poseer la suficiente flexibilidad mental para poder llevar adelante la delegación objetiva.
Estar íntegramente conscientes que la competencia es lo más saludable y beneficioso que pudiésemos desear, en que cuanto más nos tratemos de proteger menos vamos a lograr.
No pedir a nadie lo que nosotros no podemos hacer. Una regla cardinal. El demandar de otra persona lo que nosotros no somos capaces de realizar es un fallo ético y de procedimiento empresarial.
Debemos primero estar en capacidad de ejecución y en control antes de poder ejercitar la delegación. Como empresarios solo respondemos a nosotros mismos, por ende, la auto-reflexión y la sabiduría de lo que somos capaces de hacer o tolerar es un factor a conquistar previo a desarrollar el arte de delegar.
Los negocios deben verse como una inversión para el futuro que requieren esfuerzo y sacrificio, pero de los cuales no son los dueños sino, simplemente, un instrumento que moldea y administra para que con el tiempo puedan devolverle la inversión y brindarle satisfacciones.
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Prof. Mario Héctor Vogel
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Magnífico, la capacitación es fundamental para el logro del éxito en el,mundo competitivo de hoy.
Sin un cambio de mentalidad no se aceptan los cambios actuales producidos por el avance tecnológico.